
Desde el tercer trimestre de 2023, Microsoft Outlook viene causando un consumo desmedido de CPU que, como un vampiro energético, drena la potencia de los ordenadores sin piedad.
Lo que al parecer comenzó como un hilo de informes, se ha tejido en una madeja de frustración, especialmente en el ámbito empresarial, donde cada pico de procesamiento se traduce en euros fugándose por el enchufe.
¿Qué se sabe de Microsoft? El gigante del software, acostumbrada a lidiar con la inevitable entropía digital, esta vez parece navegar en aguas turbulentas.
No es solo la persistencia del error durante más de medio año lo que indigna, sino la reciente admisión del problema y la «solución» paliativa que propone: un parche temporal que condena a los afectados a seis largos meses sin las actualizaciones habituales.
Ahora, que Microsoft acumule errores es, hasta cierto punto, esperable pero, la creciente oleada de fallos, que ya no se limita al núcleo de Windows sino que salpica sus servicios y productos adyacentes, dibuja un panorama preocupante.
Es más, la lentitud en la respuesta y la aparente falta de soluciones definitivas erosionan la confianza de usuarios y empresas por igual.
Outlook en la mira: Un banquete de CPU que dispara tu factura eléctrica
Quizás para el usuario común esta situación le pase desapercibida, es decir, sería como una anomalía silenciosa en el funcionamiento interno de su PC.
En el engranaje de una empresa, donde la productividad y la eficiencia son pilares fundamentales, el impacto es tangible y doloroso.
Es más, las propias declaraciones de Microsoft en su web de soporte son un diagnóstico escalofriante, en donde manifestó que al escribir un correo electrónico en la versión clásica de Outlook para Windows, es posible que se noten picos de CPU de entre un +30% a un +50% en algunos momentos, lo que aumenta el consumo de energía.
En Redmond creen que este problema puede ocurrir después de actualizar a la versión 2406 Build 17726.20126+ en el canal actual, el canal empresarial mensual o los canales Insider.
Por tal motivo, imagina el escenario en donde muchos empleados de una compañía estén redactando y gestionando correos electrónicos durante horas.
¿Cuál sería el resultado? Un incremento silencioso pero constante en el consumo energético, una fuga de recursos que infla la factura de la luz sin que la causa sea evidente a simple vista.
Las empresas, sin comprender el origen de este sobrecoste, ven cómo se disparan sus gastos operativos.
La «Solución» de Microsoft: Un aplazamiento de seis meses en el calendario de actualizaciones
Luego de admitir esta situación, la respuesta que dió la compañía no fue la mejor, ya que la solución que propuso como alternativa implica, ni más ni menos, que los usuarios afectados se refugien en el Canal Semestral de actualizaciones.
Esta decisión los aislaría temporalmente de las últimas novedades y parches de seguridad durante un mínimo de seis meses.
Las instrucciones proporcionadas por Microsoft para este cambio son las siguientes:
-A través de la interfaz: Tendrá que seguir los pasos detallados en el artículo «Cambiar el canal de actualización de las aplicaciones de Microsoft 365 para los dispositivos de su organización«.
-Mediante el Registro de Windows:
- Abra una ventana del símbolo del sistema con privilegios de administrador.
- Ejecute el siguiente comando: reg add HKLM\Software\Policies\Microsoft\office\16.0\common\officeupdate /v updatebranch /t REG_SZ /d SemiAnnual
- Después de agregar la clave, abra Outlook y navegue a “Archivo”, de ahí vaya a “Cuenta de Office”, luego elija “Opciones de actualización” y finalmente marque en “Actualizar ahora” para iniciar el cambio de canal.
Como verán, esta solución oficial se siente más como una patada hacia adelante, obligando a los usuarios a elegir entre un rendimiento estable (a costa de la obsolescencia temporal) o seguir sufriendo los picos de CPU.
La comunidad al rescate: soluciones alternativas en el aire
Mientras en Redmond trabajan en una solución definitiva cuya llegada aún es incierta, la comunidad de usuarios ha comenzado a explorar sus propios caminos para mitigar el problema.
En diversos foros y discusiones en línea, surgen soluciones no oficiales que, curiosamente, parecen funcionar para algunos pero no para otros.¿Cuáles son? Las siguientes:
1-El corrector ortográfico: Varios usuarios han notado que desactivar el corrector ortográfico integrado en Outlook o incluso el navegador reduce el consumo de CPU al redactar correos.
2-Aceleración por hardware (GPU/iGPU): Hay quienes sugieren que el problema podría estar relacionado con la forma en que Outlook utiliza la aceleración gráfica, reportando mejoras al deshabilitar ciertas opciones de renderizado.
Como verán, la diversidad de estas soluciones alternativas subraya la complejidad del problema y la frustración de los usuarios ante la falta de una respuesta clara y unificada por parte de Microsoft.
Un futuro incierto para Outlook: ¿cuándo llegará la calma?
El persistente problema de alto consumo de CPU en Outlook ha generado creciente malestar entre los usuarios, quienes aún esperan una solución definitiva por parte de Microsoft.
Más allá de que la empresa americana prometió mantener informada a su comunidad, la lentitud en resolver la falla despierta dudas sobre su capacidad de respuesta y control de calidad en las actualizaciones.
Cabe remarcar que este inconveniente no solo afecta la eficiencia de los equipos, sino que también va en contra de los principios actuales de optimización energética, resultando especialmente perjudicial para entornos empresariales.
En fin, la situación ha obligado a muchos usuarios a buscar soluciones alternativas por su cuenta, evidenciando una vez más cómo la comunidad digital suple las falencias de grandes compañías tecnológicas.
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(S.M.C)